El horno es un electrodoméstico que todos tenemos en casa y que incluso utilizamos varias veces al día, porque nos permite preparar primeros y segundos deliciosos, rápidamente, sin demasiado esfuerzo y sin quién sabe qué compromiso.
Eliminar las incrustaciones, la suciedad y los malos olores también es importante porque, de lo contrario, corres el riesgo de cocinar platos que siempre saben igual.
La limpieza de los electrodomésticos es fundamental, he aquí por qué
Hay productos a la venta en los supermercados y en las distintas tiendas que se ocupan del cuidado e higiene del hogar que pueden ser útiles y que deben utilizarse al menos una vez al mes para que el horno vuelva a estar en buen estado, especialmente si ha estado descuidado durante unos días.
Cómo limpiar el horno correctamente con un fantástico producto
Lo primero que hay que hacer es rociar el producto sobre el horno, tanto en el interior como en el cristal, obviamente solo después de sacar la parrilla y despegarlos. Luego toma la película y cubre cuidadosamente el interior del aparato. Luego déjalo actuar unos minutos y listo. Si el horno está muy sucio, es recomendable dejar el film durante la noche y lavarlo al día siguiente. Cuanto más tiempo se deje el producto, mejor.
Una vez transcurrido el tiempo necesario, es el momento del enjuague, que debe hacerse con escrúpulo y atención. No es necesario que dedique demasiado tiempo a fregar porque, de lo contrario, corre el riesgo de rayar el electrodoméstico. Lentamente, en varias pasadas, con el paño suave, se soluciona el problema.
Limpieza diaria con métodos y productos naturales
Alternativamente, de hecho para la limpieza diaria, pueden ser útiles productos naturales que eliminen la suciedad y eviten que se incruste de ignición en ignición. Hablamos, por ejemplo, del bicarbonato, que tiene formidables propiedades higienizantes y antibacterianas. Incluso elimina los malos olores en un abrir y cerrar de ojos, manteniendo tu horno limpio como nuevo.
Para utilizar correctamente el bicarbonato, moja una esponja en agua tibia y bicarbonato y luego pásala por dentro, por todas las superficies, obviamente con el horno apagado. Luego se retira el bicarbonato con una esponja limpia y agua. Si quieres, puedes mojar la esponja en agua, bicarbonato y jugo de limón que le da al horno ese olor extra que seguro que no duele.
Poco a poco durante la ignición y con el calor, las incrustaciones se derriten. Simplemente pase una esponja suave para sacar la suciedad y resolver el problema en poco tiempo.