Para la mayoría de las personas, uno de los mejores momentos del día es la hora de acostarse. Un momento de suprema gracia y relajación. Cuando te pongas el pijama, acuéstate en tu suave cama y finalmente deslízate bajo sábanas limpias, frescas y acogedoras. Pero, ¿es esto siempre así? Porque, la mayoría de las veces, es otro escenario el que se nos presenta. Agotado después de un largo día, este momento invaluable tan esperado puede convertirse rápidamente en una pesadilla. En lugar de acurrucarnos en ropa de cama suave y perfumada, terminamos con sábanas ásperas, sucias y malolientes. Para que tus noches sean más serenas que tus días, ¡es urgente remediarlo!
Un tacto suave, un olor encantador, una textura flexible y sin arrugas a la vista. Estas son las consignas de un juego de cama impecable que promueve mejores noches de sueño y mantiene alejada en la medida de lo posible a toda una colonia de ácaros del polvo. Pero no hay ningún secreto: para poder beneficiarte de todas estas sensaciones y preservar tu salud, es fundamental establecer la limpieza frecuente de tus sábanas y mantas. Asimismo, para que tu ropa de cama esté fresca, suave y libre de todo tipo de parásitos, es recomendable cambiar las sábanas cada dos semanas. Y, si tienes la oportunidad de hacerlo, ¡lavarlas una vez a la semana no sería un lujo!
Además, cuando las sábanas aún son nuevas, a menudo encuentras que su textura es bastante rígida e incómoda. Por lo general,
¿Con qué frecuencia se debe lavar la ropa de cama?
Sudor, pelo, piel muerta, ácaros, suciedad… Hay que decirlo, las sábanas son un auténtico caldo de cultivo de bacterias. Para evitar posibles alergias, es fundamental realizar un mantenimiento periódico de la ropa de cama. Y no sólo las sábanas, tampoco se deben descuidar las almohadas y los edredones. Lo ideal es cambiar las sábanas cada dos semanas. Si tienes una mascota que pasa mucho tiempo, lo mejor es optar por un lavado semanal. Sin embargo, en verano, cuando hace mucho calor, ¡es mejor cambiar las sábanas dos veces por semana!
Ciclo delicado en lavadora
Generalmente, el ciclo suave es el mejor ciclo para garantizar que la ropa de cama salga más suave de la máquina. Especialmente porque este ciclo con agua tibia ayudará a eliminar la rigidez incómoda.
Sin embargo, siempre es mejor leer cuidadosamente las etiquetas de las hojas. Así tendrás información más precisa sobre el modo de lavado y la temperatura adaptada a cada tejido.
Una pequeña guía práctica:
- Sábanas de poliéster: el lavado debe hacerse a 60 o 70°C.
- Sábanas de algodón: es mejor lavar a 50°C.
- Sábanas de lino: estas fibras son muy frágiles, así que no superes los 50° y opta por el modo delicado. Si es posible, prefiera lavarse las manos en su lugar.
- Sábanas de seda: este material es muy vulnerable. Así que opta por el modo delicado a 30°C o por el lavado manual.

Vinagre en la lavadora – Fuente: spm
Agregar una taza de vinagre blanco
Cuando el ciclo de enjuague esté a punto de comenzar, puede verter una taza de vinagre blanco para ayudar a suavizar sus sábanas.Con sus propiedades limpiadoras, suavizantes y desodorantes, no solo eliminará las manchas de suciedad, sino que también le dará frescura a sus sábanas. Como beneficio adicional, su acción blanqueadora hará que tu juego de cama blanco sea aún más deslumbrante.
Añadir bicarbonato de sodio
Para desinfectar y blanquear sábanas amarillentas o ásperas, ¡el bicarbonato de sodio hará maravillas! Una simple taza de este poderoso polvo blanco reemplazará efectivamente el detergente para ropa que normalmente usa para lavar sus sábanas. También es la alternativa perfecta para cambiar ciertos productos químicos que tienden a aumentar la rigidez. ¡Así, tu adorno quedará suave y brillante como deseas!
Agregue bicarbonato de sodio y vinagre.
Este es un dúo increíble que eliminará rápidamente las marcas de sudor y las manchas amarillas en las sábanas. Si la acción individual de estos ingredientes ya es muy eficaz para blanquear las sábanas, suavizarlas y eliminar las rigideces, cuando se combinan entre sí, el efecto es aún más potente.
Mezclar bicarbonato de sodio con vinagre en la lavadora te facilitará el trabajo. Tus sábanas estarán frescas, suaves, limpias y perfumadas. ¡La comodidad estará allí!

Lava las sábanas – Fuente: spm
Lava las sábanas por segunda vez.
Si en los primeros usos notas que las sábanas están muy rígidas, debes saber que a fuerza de lavar se ablandan. También puedes optar por un segundo lavado antes de usar si quieres acelerar el proceso.
Consejo efectivo: si tus sábanas aún son nuevas pero bastante ásperas, sumérgelas en un baño grande de agua fría y vierte un poco de vinagre blanco. Esta es la mejor manera de suavizar las fibras. Sobre todo porque este ingrediente protege los colores originales y conserva su brillo sobre los lavados.
¿Cómo blanquear las sábanas amarillentas?
Al igual que el vinagre blanco y el bicarbonato de sodio, existen otros trucos igualmente efectivos para compensar la ropa de cama. Aquí hay algunos:
- Leche
- jugo de limon
- Levadura en polvo
- líquido lavavajillas
- Jabón de Marsella
- peróxido de hidrógeno

Extiende las sábanas – Fuente: spm
Secado: colgar las sábanas en un tendedero
Cuando termines de lavar las sábanas, puedes colgarlas en un tendedero al aire libre para que se sequen al sol, lo que ayudará a suavizarlas. Como alternativa, también puedes ponerlos en la secadora con un programa de baja temperatura, para evitar que se encojan.
Sinceramente, también depende del color de tus sábanas: la ropa blanca se puede poner en la secadora, pero sin suavizante. Para sábanas de colores y lisas, opta por un suavizante de telas natural, como el bicarbonato de sodio. Pero si sus juegos de cama vienen en un mosaico de colores brillantes, es mejor secarlos al aire libre para evitar que se alteren con las altas temperaturas.