El Anthurium puede tener pequeños problemas que no hacen que la planta florezca como debería: así es como se solucionan.
Cómo cultivar un anturio: todos los detalles.
Para que el Anthurium florezca correctamente, debemos asegurarnos de que la planta tenga todas las condiciones ambientales adecuadas. Seguramente, para empezar necesitas usar buena tierra y agua en los momentos adecuados y con frecuencia. La temperatura ambiente debe estar siempre por encima de los 18 grados.
Obviamente, no olvides exponerlo a la luz y mantenerlo siempre en un ambiente de alta humedad. En verano conviene mantener esta planta frente a una ventana que aún la proteja de la luz directa , sin embargo, en invierno es necesario que perciba toda la luz posible.
Durante la fertilización, el fósforo y el potasio nunca deben faltar. Si tomas estas precauciones, tu Anthurium seguramente florecerá todo el año. Pero existe la posibilidad de que esta planta experimente problemas durante la floración y que solo florezcan unas pocas flores.
Precisamente por eso, es necesario poner en práctica un truco que también usan los jardineros, es decir, debes usar un agua especial y completamente natural: averigüemos cuál es.
El agua a utilizar
Las principales razones por las que el Anthurium no florece es porque no le llega la luz debido a una mala colocación , o porque no vive en las condiciones ambientales adecuadas. Te recordamos que la fertilización también es muy importante, de hecho, debes regarla con un agua específica que puedes crear en casa en 2 minutos.
Estamos hablando de agua de remolacha que puedes hacer en casa en dos minutos. Se necesita muy poco. Primero, coge esta raíz que puedes encontrar fácilmente en el supermercado y córtala en rodajas. A continuación, vierte los trozos de remolacha en una licuadora con 500 ml de agua.
En poco tiempo notarás un cambio absurdo. Obviamente, para que este sencillo truco funcione, recuerda tener todas las precauciones que te hemos explicado anteriormente. La remolacha tiene varias propiedades, es remineralizante y tónica, por lo tanto excelente para el bienestar de la planta.